lunes, 29 de septiembre de 2008

Cuidado de la piel (parte1)

La piel es el órgano de mayor tamaño en el cuerpo y tiene 3 funciones fundamentales:


1.-Proteger a los tejidos interiores de las lesiones, invasión de bacterias, la falta de humedad y de los efectos producidos por la luz ultravioleta


2.- Informar al cuerpo de los cambios que se producen en el ambiente a través de una red de órganos nerviosos sensitivos especializados.


3.- Mantener la temperatura del cuerpo constante.


La piel contiene 3 tipos de glándulas especializadas:


Las glándulas ecrinas: Secretan un sudor salado que contiene productos de desecho del cuerpo. Estas secreciones tienen un efecto antiséptico.


Las glándulas sebáceas: Secretan cebo, una sustancia aceitosa que evita la resequedad en la piel.


Las glándulas apocrinas: Otro tipo de glándulas sudoríparas, que solo se desarrollan en áreas pilosas, durante la pubertad y producen un olor fuerte debido a la acción bacteriana sobre las secreciones glandualres.


La piel es susceptible a muchos trastornos diferentes, pero unos cuidados inadecuados pueden facilitar la aparición de problemas o agravar los ya existentes. Los trastornos de la piel pueden clasificarse en:



  • Los que resultan de la invasión de microorganismos externos.

  • Los producidos por bacterias que ya estaban presentes en al piel.

  • Las lesiones producidas por las propias personas.

La piel puede infectarse por virus y hongos. Las infecciones como la pitiriasis rosada, son difíciles de evitar pero es raro que el adulto sufra una segunda infección por los mismos gérmenes, y si la piel no pierde su integridad debido al rascado, la enfermedad desaparece de forma espontánea después de una pocas semanas.


Puede contraerse fácilmente una infección por hongos cuando existe una zona de la piel que se mantiene continuamente húmeda. Por ejemplo las infecciones micóticas en las uñas, son frecuentes en personas que mantienen constantemente las manos en el agua. Debe prestarse atención a las rayas y pliegues en la piel especialmente en clima cálido. Es esencial lavar y secar cuidadosamente a diario los pliegues situados debajo de los brazos, en las ingles y debajo de las mamas.


Una aplicación ligera de polvos antimicóticos en estas áreas, ayuda a mantenerlas suaves y secas. Si no se actúa con frecuencia de esta manera, puede producirse un trastorno llamado intertrigo, que origina la aparición de áreas rojizas e inflamadas que pueden infectarse por hongos, especialmente en personas obesas.


Mantenimiento del equilibrio bacteriano.


La piel esta cubierta por bacterias que en su mayoría son inofensivas y en algunos casos útiles para el cuerpo en su lucha contra una infección. Sin embargo, si se altera el equilibrio bacteriano, puede aparecer infección. Así ocurre con frecuencia cunado se presentan alteraciones del sistema natural de defensa del organismo. Por ejemplo, la aplicación de duchas vaginales, pueden alterar en ocasiones el equilibrio bacteriano de la vagina, propiciando la aparición de infecciones como la moniliasis.


Furúnculos (Barros)


Otro ejemplo de la influencia negativa en los procesos defensivos naturales del cuerpo se da con frecuencia en el tratamiento que aplican ciertas personas a los furúnculos. Un furúnculo o barro es una infección profunda en un folículo piloso o poro de la piel, producida por estafilococos. El enrojecimiento y la hinchazón que aparecen alrededor del lugar del lugar de la infección, son manifestaciones del mecanismo de defensa del organismo, empeñado en aislar y destruir la infección.


Si se pellizca o exprime el furúnculo, los estafilococos pueden pasar a infectar otro folículo dando lugar a una concentración de furúnculos. Este debe cubrirse simplemente con una tira sin tocarse. De forma similar, un orzuelo que aparezca en un párpado, no debe frotarse ni rascarse aunque produzca mucha irritación. La infección puede transmitirse al ojo. El medico puede recetar un tratamiento.

Edgardo Sánchez
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