lunes, 6 de octubre de 2008

Todo acerca de la epilepsia (parte 3)

Tratamiento


Hay fármacos anticonvulsivos o antiepilépticos, pero no todos son eficaces, en los diferentes tipos de crisis. Probablemente el medico comenzará recetando un solo fármaco y la dosis debe ser la que logre un equilibrio entre el mínimo de efectos colaterales y el máximo y el máximo control posible de la crisis. Si un solo fármaco no resulta suficiente, generalmente se asocia con otro.


Un elevado porcentaje de pacientes epilépticos sufren diversos ataques. A veces el tipo de ataque va variando a medida que aumenta la edad. Por lo tanto, los pacientes epilépticos deben ser revisados por su médico continuamente.


Debido a la diferente bioquímica del organismo en cada individuo, la absorción de los fármacos varía de un paciente a otro. Por consiguiente, el medico puede examinar muestras de sangre para determinar la concentración del fármaco en el sistema sanguíneo del paciente. Esto permite

al especialista determinar exactamente la dosis del fármaco en cada individuo, afín de lograr el máximo control de los ataques con un mínimo de efectos colaterales.


El tratamiento quirúgico de la epilepsia se puede aplicar cuando se identifican como causantes de la enfermedad alguna cicatriz cerebral o tumor. Pero incluso en estos casos es mejor el tratamiento farmacológico, si no se demuestra que la cicatriz o el tumor estén situados en una zona accesible que permita la extirpación.


Otras formas de tratamiento están bajo investigaciones actualmente; por ejemplo la biorretroalimentación se utiliza para enseñar a los pacientes a controlar la actividad eléctrica del cerebro, lo que permitirá que el propio enfermo evite la aparición de los ataques. Otra técnica experimental consiste en la implantación permanente de electrodos en el cerebro del epiléptico; estos electrodos pueden ser activados periódicamente , y se espera que esta actividad eléctrica ordenada ayude a estabilizar la incontrolada actividad eléctrica del cerebro, previniendo de ese modo las crisis.


Sin embargo, debe dejarse bien claro que ambas técnicas son experimentales y requeriran más investigación antes de que puedan ser evaluadas


Complicaciones


A veces la crisis sigue inmediatamente a otra y produce como resultado una actividad crítica continua. Esta situación llamada estado epiléptico, puede ser una amenaza para la vida del paciente si las crisis son del tipo gran mal y generalizadas. Por lo tanto es preciso el tratamiento médico de urgencia para prevenir el paro cardiaco o la insuficiencia respiratoria.


En las crisis generalizadas de gran mal, mioclónicas o átonas, el paciente puede hacerse daño al golpearse contra un objeto duro o puntiagudo. En otros tipos de ataques, como en las asuencias, on en las crisis parciales complejas, el estado epiléptico conlleva períodos prolongados de disminución de la conciencia, que impiden a la persona comportarse normalmente.

Edgardo Sánchez
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